Un texto de Juan Diego Botto dirigido por Sergio Peris-Mencheta.
Cinco personajes presentando entre el humor y la ironía un drama tan actual y reconocible como el exilio y la inmigración. La miseria, la injusticia... realidades que se obvian.
Creo que esta obra es una gran voz necesaria en este momento. Una sensibilidad necesaria para una actualidad que vuelve la cara, que cierra los ojos, que olvida en tres segundos la importancia de la vida humana.
El espacio escénico es bastante lírico, podemos decir, es una metáfora que junto a la iluminación de escena ofrece un bocado poético.
El trabajo de los actores Juan Diego Botto y Astrid Jones es digno de mención. Astrid tiene esa voz preciosa que pone la piel de gallina con ese canto y con esos ojos tan expresivos. Botto está perfecto. Me emocionó profundamente, es increíble. Me impresionó muchísimo. Cada gesto, cada mirada, cada silencio, cada respiración... la verdad sólo tengo elogios porque me pareció magnífico.
Hay un gran trabajo de dirección detrás, un Peris-Mencheta que cada vez sorprende más con sus trabajos. A él se debe la fuerza que tiene la obra, la intensidad, el tiempo para cada cosa.
¿Saben cual es la sensación de rumiar algo? De masticar durante tiempo... Eso es lo que pasa con Un trozo invisible de este mundo.
Es un texto muy rico, de mucha intensidad, cargado de citas e intelectualidad. No quiere decir que sea de dificil entendimiento porque sea demasiado intelectual, no, no me refiero a eso. Me refiero a que está lleno de vida, de realidades, de humanidad!
Tenéis más detalles en la web:
Además, el miércoles día 17 de octubre hay un encuentro con el público, allí en el Matadero. A las 21.30.
Yo voy a ir seguro. Animaros!
Hacía tiempo que no me emocionaba de esta forma, hacía tiempo que necesitábamos algo así. Y como decía Lorca en una charla que dió sobre el teatro:
"El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre."
"Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el latido social, el latido, histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama "matar el tiempo".
Pues eso, coged el dos, coged el diez y que reviente el infinito.
Que las mariposas y el buen teatro os acompañen!!!
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